Escrito por Robert Rosario Jiménez
Editado por Natali Hurtado
Me refiero al movimiento artístico de inicios del siglo XVIII, el Rococó, el cual nació en Francia hacia 1715 y se esparció por Europa hasta llegar más tarde a nuestro continente. Para mi sorpresa, aún hay vestigios del Rococó en este lado del mundo, pues recientemente ví muestras de su presencia en la obra del artista dominicano Benjamín Cruz.
“Dama de azul” es el nombre de esta pintura que me hizo viajar al Rococó. La estética difusa de la obra, además de la técnica mixta empleada por el artista, muestra clara presencia y/o referencia a dicho estilo. El artista une el mar y la vegetación para dar vida a un rostro femenino con diversos colores pasteles.
Esta obra es un vivo ejemplo de lo que dice Eduardo Chillida: “no hay jubilación para un artista; el arte es una forma de vida y como tal no tiene fin”. Me refiero a esto porque, además de lo antes mencionado, esta pieza me ha evocado un vago recuerdo de una obra de 1485 de Sandro Botticelli, “El Nacimiento de Venus”, por la unión de elementos marinos y terrestres. Y si me atrevo a analizar o dar otra interpretación con un poco de nuestro contexto histórico, podría incluso vincular esta “Dama de azul” a la cultura taína, enlazándola con Atabey, quien es considerada la madre de Yúcahu, el principal dios de los taínos, divinidad ligada a la fertilidad, la luna y el mar. Aquí es donde entra mi juicio crítico y de donde nace mi teoría de que a través del tiempo el arte tiene conexiones e interpretaciones que cada artista puede expresar a su antojo y darle su propio formato, como en este caso ha ejecutado tan delicadamente Benjamín Cruz con “Dama de azul”. Las tonalidades, las líneas de definición, los recursos de iluminación y sombras, hacen que esta sea una pieza exquisita a la vista.
Aunque el azul es el color menos presente dentro de la obra, al observar detenidamente podemos ver elementos que nos hacen referencia a su nombre; El artista supo jugar con la metáfora para darle un título al cuadro que puede ser interpretado por cualquier persona atendiendo a su propio juicio. Tal vez aparezcan algunos que incluso podrían hacer referencia a otros estilos artísticos parecidos al Manierismo o incluso Art Nouveau, pero esto ya lo dejo a la percepción personal del espectador que interactúe con ella.
Este análisis me conmueve a tal punto de volver a mencionar mi frase insignia: “el arte no se toca, te toca”... “me tocó” el poder reafirmar la fuerte diversidad y el talento que existe en el campo de las artes visuales en República Dominicana.
Sigue a Benjamín Cruz en @benjamincruzart
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