Escrito por Gustavo A. Ricart, Cineasta
Fotos: Fuente externa
Cuando me sumerjo en los relatos y anécdotas de Milagros Concepción Calderón, cuyas palabras dan vida a su obra "Remembranzas" (puesto en circulación este miércoles 21 de junio del año en curso), un sentimiento de añoranza y ternura se apodera de mí. A través de sus habilidosas pinceladas literarias, la autora logra transportarnos a los recovecos sentimentales de un pasado, donde crecieron y compartieron generaciones que forjaron un mundo repleto de experiencias sociales, culturales y ensueños juveniles.
Los veintiún relatos autobiográficos que conforman esta obra parecen emerger con una cadencia pausada, inmersos en la serenidad y la calidez de una Vega que solía ser hogar. Es allí donde florecía el vínculo familiar, la solidaridad de los vecinos, los paseos en coche por sus pintorescas calles, las vibrantes fiestas patronales, las amistades entrañables, los amores juveniles y las encantadoras retretas que se daban en los parques de pueblos en aquel entonces. Cada uno de estos relatos se entrelazan para formar un mosaico vívido y evocador de aquel pasado en La Vega. La prosa de la autora fluye limpiamente brindando una lectura placentera, y en ocasiones se deleita en descripciones sublimes impregnadas de destellos poéticos.
Bebe del romanticismo de prosa poética y contenido costumbrista que maneja lo fantástico real con un gusto por las cosas añejas y una inclinación por lo cotidiano. Nos cuenta lo ordinario y común que era para las familias, el hecho de intercambiar ropa vieja por pollo y reciclar vestidos y zapatos. Cosa que en un análisis sociológico nos deja entender lo importante que fueron (y tal vez aún lo sean) los textiles en un mundo donde no había tiendas de ropa hecha, sino que había que mandarla a hacer donde un sastre.
Sin embargo, conforme avanzaba el tiempo, las circunstancias transformaron esa apacible aldea en un pueblo sediento de libertad. En medio de esta transición, la autora abrazó la sublevación como una llama ardiente, una actitud patriótica que la acompañaría durante toda su vida, convirtiéndose en una verdadera profesión de fe.
Llegó el momento en que las raíces provincianas debieron ser dejadas atrás en busca de nuevos horizontes. Las convicciones impregnadas en su ser la llevaron a poner a prueba su profundo amor por la Patria en los días turbulentos de la Guerra de Abril. Estas experiencias, al ser relatadas, se distancian en ocasiones de las remembranzas juveniles y románticas de antaño, adoptando una narrativa imbuida de responsabilidad ciudadana y fervor patriótico.
¿Será un intento de neorromanticismo? ¿Representará un retorno a la sensibilidad romántica en un contexto histórico distinto, siendo una reacción al mundo globalizado y tecnológico de la época? Aunque el neorromanticismo se originó en el siglo XIX, sus influencias y manifestaciones continúan presentes en la actualidad, con artistas y escritores que exploran la belleza, la pasión y la subjetividad en sus obras, como Isabel Allende, autora chileno-estadounidense que ha escrito numerosas novelas incorporando elementos neorrománticos en su estilo literario.
Durante casi la totalidad de los veintiún relatos, Milagros Concepción mantiene un estilo descriptivo y con peripecias narrativas, utilizando un lenguaje evocativo para transmitir las impresiones y emociones de la autora. Se observa un uso de lenguaje figurado y poético, como en las frases "un fuerte olor a pino recién cortado penetraba los sentidos" y "la lluvia, la neblina y las noches frías, son recuerdos que perduran de mi infancia; huelen a familia, a cera derretida, a canciones de cuna y a poesía.” El tono es nostálgico y evocador, resaltando la importancia de los recuerdos de la infancia y los detalles sensoriales que los acompañan.
En resumen, este texto poético transmite las impresiones y los recuerdos de la autora. Su estructura se basa en la presentación de personajes y lugares que evocan los elementos que perduran en la memoria de la infancia y la juventud en su pueblo natal de La Vega.
Al final del viaje, cuando retornamos ilusoriamente a través de sus relatos y vivencias, nos encontramos inmersos en exquisitas y profundas disquisiciones de trasfondo filosófico.
Estas páginas trascienden la mera nostalgia de la muchacha de pueblo que alguna vez cargó sueños e ilusiones juveniles en sus alforjas. En su lugar, nos guían hacia un encuentro con la sabiduría adquirida y la serenidad forjada a lo largo de una vida repleta de realizaciones y reflexiones. En este recorrido somos transportados a mundos ignotos, donde convergen la magia de la experiencia y el encanto de la rebeldía, en una hermosa conjunción que nutre nuestras almas ávidas de conocimiento y comprensión.
Un libro muy recomendado para los que anhelan, añoran y sueñan cosas añejas.
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