“Caribe oscuro, Caribe muerto”: la colección de Erick Lemos que sacudió el RD Fashion Week 2025
- LaBocaMag
- 4 days ago
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Una oda fashionista a la memoria, la contradicción y la transformación caribeña.
Santo Domingo, octubre 2025.– La pasarela tembló. Erick Lemos, uno de los diseñadores dominicanos más disruptivos del momento, presentó “Caribe oscuro, Caribe muerto”, una colección que nos obliga a mirar el Caribe más allá de los clichés de palmeras, sol y colores vibrantes. Aquí, el Caribe se vuelve más profundo, más incómodo, más real.
La propuesta explora el lado B de nuestra identidad caribeña: lo que se erosiona con el tiempo, lo que se margina, lo que sobrevive a la contradicción. Inspirado en la idea de la descomposición de lo tropical, Lemos desmonta el “Caribbean Chic” y lo rehace desde el borde. El dandy se convierte en tíguere de barrio, siempre con flow en medio del teteo, y redefiniendo lo que significa estar “fashion” en contextos de exclusión.
Las piezas son un choque de mundos: chaquetas tipo varsity combinadas con pantalones caídos con efecto trompe l’oeil, costuras intencionalmente deshechas, satinados que se mezclan con flores marchitas. Los prints inspirados en el Caribbean Artist Movement se fragmentan y reconstruyen, como si la memoria estuviera intentando armarse de nuevo.
La paleta de colores es casi una performance en sí misma: inspirada en Mark Rothko, pasa de tonos intensos y vivos a sombras densas y apagadas, narrando visualmente el paso del Caribe brillante al Caribe desgastado.
Con “Caribe oscuro, Caribe muerto”, Lemos no solo presenta ropa: lanza un manifiesto. Lo kitsch, lo rechazado y lo ingenioso se encuentran en un mismo universo estético, cuestionando qué es “bello” y qué merece ser representado en la moda caribeña.
Sobre Erick Lemos
Erick Lemos es un diseñador dominicano que lleva el arte en la sangre desde niño. Egresado de la Escuela de Diseño de Chavón, ve la moda como un lenguaje para pensar la cultura, la historia y las emociones.En su universo creativo, la iconografía popular dominicana, los rituales y el arte contemporáneo conviven en colecciones que no están hechas solo para vestir, sino para contar historias.
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