top of page

Blog

Inspírate con nuestros posts de arte, moda y motivación


Ahora mismo vivimos tiempos retadores, donde la realidad de todos se ha visto afectada por los cambios que a nivel general hemos tenido que realizar para mitigar los efectos de la pandemia. Las distancias físicas, el temor a infectarnos, los límites para las demostraciones de afecto, así como a la libertad de tránsito sin duda han tenido un impacto en nuestras vidas. Por esto, ahora más que nunca nos toca enfocarnos en todo lo que tenemos que agradecer y que quizá dábamos por sentado. ¿Una de ellas? Ser de donde somos.


A pesar de todo lo difícil que estamos viviendo, los dominicanos hemos sabido ser creativos, optimistas y mantener ese espíritu “fajador”, demostrando una vez más que tenemos talento, que somos capaces de crear oportunidades donde otros no las ven. Esas ganas de “tirar pa´lante” son como un chip que viene instalado en todo el producto criollo.

Y cómo no destacar ese humor que nos caracteriza, así como esa valiosa virtud de saber reírnos y hacer reír aun en momentos desafiantes como los actuales. El contenido de las redes no nos deja mentir; por cada noticia negativa que vemos al día, vamos a encontrar el doble del contenido que las contrarrestan.


Lo mejor de ser de aquí es saber que en cualquier parte del mundo donde dos o más dominicanos se encuentren, aun sin conocerse, se tratarán como familia; es como si el ser de aquí nos hiciera tener un mismo apellido, nuestra identidad trasciende a las diferencias y nos hace ser solidarios e identificarnos con la causa del otro.


El que es dominicano, por más escéptico que sea, tiene fe: es algo que alimenta nuestras costumbres, nuestras tradiciones. No hay una sola familia que no cuente con al menos una abuelita que se encargue de mantener viva la fe, esa que, en momentos de desesperanza, como los que vivimos en el presente, nos ayuda a mantener la confianza en que las cosas van a mejorar.


Y cómo dejo yo de mencionar esa comidita que tiene tanto sazón como la gente que la cocina; una cocina donde no falta el arroz y sobra el gusto, a todo lo que preparamos le ponemos nuestro toque.

Mal pudiera yo seguir avanzando con esta lista de todo lo que hace jevi ser de aquí, si no menciono la música, tan variada en letras como en ritmo; aquí hay de donde escoger para todos los gustos.


Señores, es que ser de aquí es tan apero, que no tenemos que salir de nuestra islita para vacacionar; con par de horas de carretera uno se encuentra un riquísimo ecosistema conformado por playas, montañas, ríos y desiertos; plantas y aves tan singulares y hermosas, que no tenemos que ver Discovery para ver lo exótico.

Y es que al final, lo mejor de ser dominicano, es saber que somos únicos e irrepetibles, que no hay adversidad que juntos no estemos dispuestos a superar, tal y como lo hemos demostrado en el pasado: cuando nos proponemos una cosa, la conseguimos, así sea a cacerolazos limpios, pero la

hacemos nuestra.


Que lindo es saber que somos diferentes los unos de los otros. No hay dos personas iguales, como tampoco hay dos culturas idénticas. Son muchas las características que nos diferencian y que nos hacen únicos e irrepetibles.


Dios nos hizo a su imagen y semejanza, a cada uno nos dio un toque distinto, y es tan especial que, por más que dos personas se parezcan, siempre hay diferencias entre ellas. Nuestros pensamientos, nuestras ideas, nuestras culturas, creencias, vivencias, experiencias, cada uno de estos factores son los que nos definen y van moldeándonos y convirtiéndonos más adelante en lo que estamos supuestos a ser.


¿Qué sería del mundo sin las personas optimistas? Esas que sin importar lo que estén viviendo, siempre encuentran el lado bueno de las cosas. Esas que no se dan por vencidas, que confían en que todo obra para bien, que mejores cosas vendrán. Mientras el pesimista se derrumba, el optimista lo ayuda a levantarse.


Los dominicanos nos conocemos por ser personas solidarias, alegres, divertidas, o como dirían algunos, “buena gente”. Es difícil no diferenciarnos del resto por nuestras características tan particulares, y son precisamente esas cosas las que nos ayudan a ser especiales e interesantes para los demás. Lo mismo pasa con los otros países. Quieres conocer un país distinto al tuyo porque sientes el deseo de experimentar nuevas experiencias: cultura, idioma, clima, gastronomía, cercanía con los nativos, lugares de ocio, entre otros. Dos de las razones por la que nuestro país llama mucho la atención de los turista: nuestra cultura y su gente.


Es triste darse cuenta de que el racismo viene por el hecho de no aceptar que, a pesar de tener un color de piel diferente, seguimos siendo iguales al resto, seres humanos con los mismos derechos y deberes que toda la sociedad. Cuando tenemos la convicción de que características físicas nos hacen mejores o peores que los demás, entonces vienen las divisiones y rechazos entre las personas.


Son incontables los crímenes que se han cometido a lo largo de la historia contra personas inocentes solo por el hecho de ser diferentes. Judíos en campos de concentración, creyentes perseguidos por creer en Dios, homofóbicos contra homosexuales, negros esclavizados y asesinados, prostitutas, entre otros.


Rechazamos lo que entendemos está mal, pero olvidamos algo muy importante y básico que Dios nos enseña en su Palabra: “No matarás”. Cada vez que juzgamos o emitimos juicios contra el otro, cada vez que lo criticamos, que lo apartamos o que lo rechazamos, estamos faltando al 5to mandamiento. No es solo quitarle la vida a una persona lo que nos lleva a pecar, cada vez que cometes atrocidades contra cualquier persona, cada vez que lo humillas, que le pegas, que te burlas, que no aceptas que tiene derecho a ser y a pensar diferente a ti, lo vas matando poco a poco.

Si Dios hubiera querido que todos fuésemos iguales, no hubieran tantos idiomas, tantas culturas, distintos tonos de piel, alturas y pesos variados, gustos diversos. El mundo fuera un lugar muy monótono y aburrido si todos sus habitantes tuvieran las mismas cosas que compartir.


Es importante ser diferentes y aceptar las diferencias de los demás. Es difícil cuando no se comparten las mismas ideas, pero es algo que con trabajo se puede lograr. Las características físicas no nos añaden o nos quitan valor, nos hacen únicos y ese es nuestro poder personal. Cada cultura trae consigo una belleza que puede percibirse de distintas maneras dependiendo de los ojos que la miren. Llénate de orgullo y acéptate tal cual eres, acepta tus raíces y características únicas para que puedas ser capaz de acoger con amor a los demás.

Inclusión
Piru Sáez
Mundo Andr´øino
Sculy Mejía
Lenguaje Corporal
Cool News
New Books
Actuar desde la intuicion
Adriana Torrón
A tu manera
bottom of page