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Casa de fieras, intervención de la artista Amy Hussein en el Museo de la Porcelana.

Updated: Mar 31, 2023

Escrito por Gala Berger (Lima, febrero 2023) Fotos: Cortesía Amy Hussein


Casa de fieras es la tercera exposición individual de la artista dominico-libanesa Amy Hussein, que reúne trabajos realizados los últimos tres años en torno a mitologías personales, nuevas técnicas de diseño e impresión 3D y una serie de retratos zoomorfos sobre distintos soportes. Acercándose al intercambio entre diferentes producciones culturales, Hussein realiza esta exposición en el predio hispano-morisco del museo de la porcelana de Santo Domingo, primer museo del Caribe en reunir una colección propia de estas características, donde se entrecruzan objetos precolombinos con porcelanas fabricadas industrialmente.

El museo fue fundado en julio de 1989 por Violeta Martínez, una restauradora y entusiasta del arte cerámico cuyo interés era legarle a la comunidad un espacio de exhibición que se fusionara con un taller-escuela en torno a la porcelana. Martinez, quien había sido considerada peligrosa por su amistad con Minerva Mirabal tuvo que exiliarse en su juventud debido a la dictadura de Trujillo. En el exilio realizaría sus estudios y comenzaría a trabajar en el medio para luego regresar al país y convertirse en su principal difusora (nota 1).


Para construir un diálogo directo con la institución Hussein produjo una serie de piezas de resina formulada con polvo de porcelana, que asemejan en estilo a piezas canónicas del museo pero que han sido creadas en base a herramientas digitales. En Ḥaw(2023) y Djinn (2023) un ciempiés humanoide y la silueta de un centauro fantasma incorporan en un mismo movimiento el imaginario de la artista y los sistemas de montaje del espacio. Ambas piezas también se corresponden con los procesos de investigación de Hussein, que responden a una lógica donde diferentes elementos sincréticos son combinados entre sí en forma aleatoria pero profundamente personal y afectiva. Hawwa por ejemplo fue producida teniendo en cuenta una leyenda urbana dominicana donde los ciempiés devoran cabello humano y habitan en las camas pero a su vez revisando en los archivos digitales de los intrincados dibujos cerámicos de la cultura nabatea. Es esta combinación de diferentes saberes lo que le permite a la artista desarrollar piezas como Disposable Gods (2023) en donde también con técnicas digitales reproduce uno de los objetos encontrados recientemente en un basurero antiguo en las afueras de Jiyeh (nota 2). Esta pieza destruida y descartada hace 2.400 años fue reconstruida en la actualidad por arqueólogos polacos y la noticia circuló ampliamente por medios y redes sociales. Hussein atesoró la información para luego producir un modelo en 3D que le permitiera imprimir el objeto con todos sus diferentes fragmentos entrelazados. Si vamos a las raíces del interés de la artista por este objeto en particular, encontramos que va más allá de lo meramente formal para enfocarse en parte de su propio pasado familiar y al hecho de que está figura de una diosa de cuerpo feminizado ha sido descartada y declarada obsoleta aún en tiempos pretéritos, conectando estos sucesos con la historia contemporánea de las múltiples violencias que enfrentan las mujeres y las mujeres trans en República Dominicana.


Otra obra que busca indagar en el contexto local y en las violencias relacionadas con el género es El Cuento de la Guinea, 2023, de la serie de platos en porcelana pintados a mano por la experta en porcelana dominicana Margarito Simó, quien colaboró con la artista en la elaboración de estas piezas que evocan el clásico del merengue El cuento de la Guinea (nota 3) de Dionisio Mejía más conocido como Guandulito. La canción original presenta en clave cómica un intercambio entre un autor imaginario y una jovencita, donde la guinea es utilizada como una metáfora del acto de cazar una presa o seducirla para su consumo.

En la imagen pintada sobre la superficie de porcelana se ve a dos gallinas de guinea, una de ellas caracterizada con rasgos femeninos, que sostienen una conversación. El intercambio es enrarecido, los rasgos humanos podrían representar al depredador pero la composición pictórica de las figuras sugiere que la guinea natural está en un rango más alto que su contraparte y a punto de iniciar el vuelo. Lo que la escena sugiere entonces, es que se trata de un momento anterior, una parte del cuento donde el acto de la cacería no se ha puesto en movimiento aún. Esto se debe tal vez, a que la estructura de la imagen adeuda su forma a una de las piezas centrales del museo de la porcelana Guineas de cuello blanco del escultor italiano Giuseppe Tagliariol. En esta porcelana del tipo Kaiser, Tagliariol desarrolla con destreza dos pequeñas guineas sostenidas en una rama de árbol, a diferencia de los platos de porcelana de Hussein, ninguna de ellas tiene cabeza humana.

Este hincapié en los personajes más que humanos, quimeras o híbridos vuelve a aparecer en Umbral (2022) un video de corta duración que investiga sobre la historia de los tratamientos para los desórdenes mentales en el país. En el video unas ruinas difusas hacen referencia al Monasterio de San Francisco, utilizado durante la ocupación militar norteamericana (1916 - 1924) para el tratamiento de pacientes psiquiátricos. Pero es de nuevo la enigmática criatura que habita en este paisaje, la que parece querer contarnos más de lo que la historia revela. En las leyendas locales La vieja Catán fue en realidad la primera encargada de oficiar los rituales de curación a los pacientes con problemas cognitivos (nota 4), la artista retoma estas narrativas y convierte al personaje central en un homenaje a la vieja curandera. Pero no para hablarnos del capacitismo de un cuerpo sin enfermedad, (nota 5) sino para evidenciar la soledad y el desamparo a los que los cuerpos diverso funcionales son diariamente sometidos. El aleteo de una mariposa azul es la que produce la acción, con su fragilidad y velocidad puede salir y entrar de los espacios, donde la esfinge atigrada observa impávida el transcurso del tiempo. La banda sonora es igual de inquietante, en las afueras de las ruinas se escucha una bachata de Daniel Morillo titulada La puerta romperé, pero al entrar al espacio de las ruinas cambia a la canción Sallimleh Alayh de la artista libanesa más popular del mundo árabe Fairuz. Estas canciones son apenas perceptibles, se encuentran en un segundo plano, pero funcionan como puentes entre los mundos a los que la artista pertenece a medias (nota 6). Ambas son además melodías que tratan sobre el desamor y sobre cómo el amor romántico construido desde una sociedad normativa y patriarcal es una fuente de constante desequilibrio emocional.


Pero es quizás en las pinturas presentes en Casa de fieras que la yuxtaposición y el colapso entre diversos mundos, borran con más fuerza las fronteras entre cuerpo y paisaje, mito y leyenda urbana, civilización antigua y contemporánea, biografía y ficción. Hussein desarrolla una serie de pinturas que comprenden las piezas Alwadi (2021), Khalij (2021), Salinas (2022), Goats in a wooded landscape (2023), Sahir (2023) y Sorti Nan Paradi (2022). Todas ellas funcionan como símbolos personales de la artista que le permiten complejizar narrativas locales y saltar temporalidades históricas para dar paso a que sean otrxs cuerpos, mutantes, zoomorfos, críptidos, mitológicos o representaciones autobiográficas las que tomen el protagonismo y ocupen el espacio central de sus composiciones. Muchos de los rostros de estas criaturas provienen del entorno cercano de Hussein, amigas, abuelas y demás cuerpos feminizados familiares son retratos en estas escenas. El paisaje que habitan, es la imagen estándar de un Caribe paralizado en la memoria turística, playas de ensueño, laderas, arrecifes al atardecer donde pasear con sus garras, colas y dientes. Esta animalidad declara también una perturbadora ansiedad con vistas a que en los últimos años la cantidad de animales vivos en el planeta ha ido reduciéndose significativamente, lo que la profesora Oxana Timofeeva, en la entrada sobre animales en el glosario posthumano llama vida espectral: "nunca desaparecen por completo, sino que continúan existiendo en un estado de desaparición perpetúa, su existencia se vuelve espectral (nota 7) . En las pinturas de Hussein este aire fantasmal es fusionado con la vida humana, donde víctima y victimario se funden para crear otrx ser.

Estos otrxs seres, aparecen todavía en L’Hallali (after Hondius) (2023) un tapiz elaborado utilizando nuevas técnicas de tejido, que combinan formas manuales con tecnológicas. Lo que le permite a la artista seguir produciendo imágenes digitales que pueden ser trasladadas a un soporte físico semi-artesanal. En este tapiz, Hussein retoma el tema tradicional de la cacería, pero esta vez la narrativa expone el momento exacto de la caída. Ella la mujer-venado ha caído en las fauces de la jauría que la persigue. Como en épocas de la dictadura (nota 8), donde se elegían cuerpos femeninos para su explotación, así los dientes de las fieras se posan sobre la suave carne abatida de la mujer-venado. De igual modo, como en la serie de pinturas anteriormente mencionada los cuerpos vuelven a mezclarse y confundirse, extendiéndose en un único cuerpo.

El resultado de la intervención de los trabajos recientes de la artista en el museo funciona como una invocación a la energía surrealista en clave caribeña, asociada con movimientos de liberación y de imaginación de otras posibilidades de existencia (nota 9). Aquí los objetos hablan de otras historias, revierten los sentidos narrativos occidentales, hackean la antropología establecida y los patrones coloniales de valoración entre culturas. Evocando en su recorrido memorias de la diáspora libanesa, la migración, el exilio y la construcción social del imaginario turístico del paraíso con las garras, colmillos y tentáculos de animales y criaturas salvajes. Estxs habitantes y monstruos de fábula presentes en toda la producción reunida en Casa de fieras, no parecen provenir del pasado sino de un futuro próximo, donde rostros de personas contemporáneas se funden con cuerpos-mitos para sobrevivir en los paisajes distópicos de catálogos promocionales de una zona del planeta constantemente amenazada por la especulación inmobiliaria.

Hussein nos recuerda también que como muchos objetos en las islas del Caribe, la porcelana es un artículo importado, incorporado en principio al espacio geográfico por medio del tráfico y el despojo de seres humanos y materias primas. Los colonos traían consigo sus símbolos de status, como puede observarse en parte del patrimonio sumergido que se exhibe en el museo, proveniente del naufragio del galeón Nuestra Señora de la Limpia y Pura Concepción, hundido en la costa de la La Española en 1641. Al subvertir estas imágenes o al crear nuevos objetos sobre estas mismas superficies, la artista intenta reparar un legado a través de un lenguaje de fantasía que pueda abrir paso a nuevas interpretaciones y lecturas tanto de sus propias crónicas personales como de aquellas historias que tenemos en común.

Amy Hussein en Instagram: @_a.hussein_

Museo de la porcelana: @museoporcelana89


Notas:

3. Ver https://www.youtube.com/watch?v=BGNPEw_SLIU / accedido por última vez 21/02/2023 4. Ver https://www.elcaribe.com.do/gente/cultura/los-inicios-de-la-psiquiatria-dominicana/ / accedido por última vez 11/02/2023 5. oMac Gregor y Johanna Hedva, Your Love Is Not Good, MUAC, 22/02/2023 6. Conversación con Amy Hussein, 27 de febrero de 2023 7. Timofeeva, Oxana. ̈Posthuman Glossary ̈, Edited by Rosi Braidotti and Maria Hlavajova, Bloomsbury Academic, Londres, NY, 2018 pp. 34 8. Ver: https://www.diariolibre.com/actualidad/medioambiente/la-caza-del-venado-un-animal- exotico-se-realiza-sin-control-en-el-puerto-AB13745885 / accedido por última vez 3/03/2023 9. Césaire, Suzanne. “The Great Camouflage”, Edited by Daniel Maximin, Wesleyan University Press, Estados Unidos, 2012.

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