top of page

Me gusta Oviedo pero no La Exposición




Por Gustavo A. Ricart, crítico de arte Editado: Alejandra de la Rosa


Ramón Oviedo será siempre recordado como una figura central en la historia del arte dominicano. Fue uno de los primeros artistas llamados "contemporáneos" o "modernos" en la plástica dominicana desde 1965 hasta la primera década del 2000. En su estilo fusionaba lo local con lo global, lo tradicional con lo contemporáneo, lo estético con lo político... esto lo convirtió en un artista verdaderamente visionario.


Uno de los aspectos más notables del trabajo de Oviedo es su capacidad para fusionar elementos del folclore dominicano y la mitología taína con una estética moderna y expresionista. Sus pinturas están impregnadas de colores vibrantes y formas orgánicas, evocando la exuberancia de la flora y fauna caribeñas, así como la intensidad emocional de la experiencia humana. Aunque Ramón Oviedo es ampliamente reconocido y admirado por muchos, otros no logran conectar con sus obras por varias razones. Su enfoque en la temática política y social puede provocar reacciones negativas en aquellos que prefieren el arte como una forma de escapismo o belleza pura, en lugar de un medio para abordar cuestiones controvertidas o incómodas. 


Considero que, es increíble que en un museo hayan más de 400 obras de un mismo autor y a la vez sentir que nada que ver. La exposición retrospectiva de Ramón Oviedo en el Museo de Arte Moderno, me parece abrumadora, pues siento que es muy extensa para un solo espacio. Esta sobrecarga visual evita que el espectador pueda absorber y procesar la información. Considero que debieron hacer 2 selecciones separadas de toda la obra de Oviedo y presentarlas en 2 oportunidades.


En el caso específico de la exposición en el Museo de Arte Moderno, la acumulación de obras de Oviedo puede haber dado la impresión de una falta de coherencia narrativa en la exhibición, no siendo este el caso. Vi que se esforzaron en la museografía por tener cuidado en la coherencia. Sin embargo, al sentarme en el 3er nivel, fue un sentimiento de gran tristeza y urgencia la que experimenté al contemplar las obras y puede ser resultado de esta falta de orientación o contexto. Sin un marco adecuado para comprender y apreciar el significado de las obras, es fácil sentirse perdido o desconectado de la experiencia artística. Me gusta Oviedo pero no la exposición. Y no creo que sea el síndrome de Stenhal, creo que es un miedo más profundo de saber que “menos es más”, sabiduría popular pero importante aún así. 


Siendo imposible dejar de comparar cosas que se parecen o tienen relación, debo hablar de la modesta pero bien curada exposición "Yo, Ramon Oviedo" en el Centro Cultural España. La muestra, cuidadosamente organizada y curada por Michelle Cruz, destacaba por una museografía impecable y una narrativa clara y concisa. Al adentrarse en la sala, los visitantes son recibidos por una simple pero elocuente cita del propio Oviedo: "Con estos hilos YO manejo como títeres mis obras, estas no se terminan ni se quedan en el lienzo". 


En contraste con la cantidad de obras presentadas en la exposición retrospectiva en MAM, la selección en el Centro Cultural España se sentía más íntima y accesible. La cuidadosa elección de dibujos y tintas, en lugar de las pinturas expresionistas y abstractas que dominaban la otra exhibición, me permitió sumergirme en la esencia misma del proceso creativo de Oviedo.


Al comparar estas dos exposiciones, queda claro que la apreciación del arte es una experiencia profundamente personal y subjetiva. Mientras que algunos pueden sentirse oprimidos por la grandeza y la escala de una retrospectiva extensa, otros pueden encontrar más significado y conexión en una exhibición más íntima y cuidadosamente seleccionada. En el caso de "Yo, Ramon Oviedo", la modestia y la simplicidad se convierten en fortalezas, permitiendo a los espectadores apreciar la esencia misma del arte del maestro dominicano. Me gusta Oviedo pero no la Exposición.


985 views0 comments
bottom of page