top of page

¡Que lindo es saber que somos diferentes!


Que lindo es saber que somos diferentes los unos de los otros. No hay dos personas iguales, como tampoco hay dos culturas idénticas. Son muchas las características que nos diferencian y que nos hacen únicos e irrepetibles.


Dios nos hizo a su imagen y semejanza, a cada uno nos dio un toque distinto, y es tan especial que, por más que dos personas se parezcan, siempre hay diferencias entre ellas. Nuestros pensamientos, nuestras ideas, nuestras culturas, creencias, vivencias, experiencias, cada uno de estos factores son los que nos definen y van moldeándonos y convirtiéndonos más adelante en lo que estamos supuestos a ser.


¿Qué sería del mundo sin las personas optimistas? Esas que sin importar lo que estén viviendo, siempre encuentran el lado bueno de las cosas. Esas que no se dan por vencidas, que confían en que todo obra para bien, que mejores cosas vendrán. Mientras el pesimista se derrumba, el optimista lo ayuda a levantarse.


Los dominicanos nos conocemos por ser personas solidarias, alegres, divertidas, o como dirían algunos, “buena gente”. Es difícil no diferenciarnos del resto por nuestras características tan particulares, y son precisamente esas cosas las que nos ayudan a ser especiales e interesantes para los demás. Lo mismo pasa con los otros países. Quieres conocer un país distinto al tuyo porque sientes el deseo de experimentar nuevas experiencias: cultura, idioma, clima, gastronomía, cercanía con los nativos, lugares de ocio, entre otros. Dos de las razones por la que nuestro país llama mucho la atención de los turista: nuestra cultura y su gente.


Es triste darse cuenta de que el racismo viene por el hecho de no aceptar que, a pesar de tener un color de piel diferente, seguimos siendo iguales al resto, seres humanos con los mismos derechos y deberes que toda la sociedad. Cuando tenemos la convicción de que características físicas nos hacen mejores o peores que los demás, entonces vienen las divisiones y rechazos entre las personas.


Son incontables los crímenes que se han cometido a lo largo de la historia contra personas inocentes solo por el hecho de ser diferentes. Judíos en campos de concentración, creyentes perseguidos por creer en Dios, homofóbicos contra homosexuales, negros esclavizados y asesinados, prostitutas, entre otros.


Rechazamos lo que entendemos está mal, pero olvidamos algo muy importante y básico que Dios nos enseña en su Palabra: “No matarás”. Cada vez que juzgamos o emitimos juicios contra el otro, cada vez que lo criticamos, que lo apartamos o que lo rechazamos, estamos faltando al 5to mandamiento. No es solo quitarle la vida a una persona lo que nos lleva a pecar, cada vez que cometes atrocidades contra cualquier persona, cada vez que lo humillas, que le pegas, que te burlas, que no aceptas que tiene derecho a ser y a pensar diferente a ti, lo vas matando poco a poco.

Si Dios hubiera querido que todos fuésemos iguales, no hubieran tantos idiomas, tantas culturas, distintos tonos de piel, alturas y pesos variados, gustos diversos. El mundo fuera un lugar muy monótono y aburrido si todos sus habitantes tuvieran las mismas cosas que compartir.


Es importante ser diferentes y aceptar las diferencias de los demás. Es difícil cuando no se comparten las mismas ideas, pero es algo que con trabajo se puede lograr. Las características físicas no nos añaden o nos quitan valor, nos hacen únicos y ese es nuestro poder personal. Cada cultura trae consigo una belleza que puede percibirse de distintas maneras dependiendo de los ojos que la miren. Llénate de orgullo y acéptate tal cual eres, acepta tus raíces y características únicas para que puedas ser capaz de acoger con amor a los demás.

2 views0 comments
bottom of page